El pueblo de Mamiña se encuentra ubicado en lo que, según evidencias arqueológicas, fue un antiguo asentamiento indígena preincaico del norte de nuestro país. El pueblo es precioso, sobre todo para aquellos que nos gusta disfrutar de la vida natural, de la aventura, del sol y de los paisajes desérticos.
Posee aguas termales y, según cuenta la leyenda, la hija única de un jefe inca recuperó la vista al utilizar éstas aguas, famosas por sus bondades terapéuticas. Su padre para conmemorar el milagro ordenó que al valle lo nombraran “niña de mis ojos”, o sea: Mamiña.
Posee aguas termales y, según cuenta la leyenda, la hija única de un jefe inca recuperó la vista al utilizar éstas aguas, famosas por sus bondades terapéuticas. Su padre para conmemorar el milagro ordenó que al valle lo nombraran “niña de mis ojos”, o sea: Mamiña.
La zona ha sido ocupada por grupos humanos desde antes del dominio Inca y hoy en día aún sobreviven edificaciones que datan del período colonial español.
Las Termas de Mamiña se encuentran a 125 kilómetros al este de Iquique y a 73 kilómetros al este del pueblo de Pozo Almonte, a 2700 metros sobre el nivel de mar.
Las Termas de Mamiña se encuentran a 125 kilómetros al este de Iquique y a 73 kilómetros al este del pueblo de Pozo Almonte, a 2700 metros sobre el nivel de mar.
Cuando estuve ahí igual sentí un poco la altura, pero bastó con tomar una buena taza de té de coca para que los malestares se pasaran. De todas maneras vale la pena conocer este hermoso pueblo, disfrutar de sus aguas y su hermoso paisaje. Es muy interesante ver por ejemplo que en la zona aún se cultiva al tradicional estilo andino, en terrazas escalonadas, donde se producen hortalizas, alfalfa y frutas, principalmente. Los habitantes de la zona son descendientes de los antiguos aymarás y quechuas, muy apegados a sus tradiciones y costumbres ancestrales, pero muy atentos y siempre dispuestos a ayudar...
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